jueves, 12 de junio de 2014

Llega la hora


Ya está, es la hora. He terminado mi trabajo por hoy, y mañana -como otros años- he pedido el día porque tengo una cita importante. Hoy mismo veré al compañero de viaje y ultimaré los detalles. Junio está siendo un mes cargado de emociones, muchas positivas o con su lado bueno frente a adversidades, y esta también vendrá, no podía faltar, es ya cita que organiza mi calendario.

Una vez más nos juntaremos bastantes amigos para beber vino y pasarlo bien, así, sencillamente. Bueno, sencillo no es, ha costado mucho trabajo, nos exige un viaje no corto y se concentrarán tantas cosas que será difícil atender a todas como te gustaría, pero al final será eso, la primera frase del párrafo. Seguro que a quien no conoce esta reunión de Tui le parecerá poco, quizá crea incluso que la devalúo, que le resto interés, pero nada de eso; a ver en qué encuentro de productores para dar a conocer lo que hacen puede alguien decir lo mismo. Porque aquí se derrocha camaradería, intercambio de opiniones y de tragos, invitaciones, contactos sinceros. Y aunque la idea de vender el vino esté detrás, no asoma por ningún lado la competición, el hacer sombra, la rivalidad, nadie te asedia con propuestas de negocio... Será porque la forma de entender el vino de la mayoría allí es otra, y porque la forma de hacer ese vino no necesita de tales caminos poco agradables. 

Por ello cada vez me interesan menos otros encuentros y más este, por ello procuraré no fallar ninguna vez y aprovechar lo máximo de lo que encuentre, es mi compromiso individual, como visitante, como aficionado. El de los que organizan este encuentro y el de quienes presentan allí sus vinos está fuera de duda para mí.

En fin, algo iremos contando de lo mucho que allí va a pasar. Y ahora dejo el teclado, que ya me esperan los preparativos, emocionado, ansioso un año más. Tui, allá vamos.