martes, 6 de agosto de 2013

Reconstrucción. Acio (2012)

Seguimos el repaso a la visita a Santiago de hace un año, mientras paladeo la de este.


Hacía calor ese día y fue un placer entrar en Acio, en esa sala informal y fresca, sentarme en esta mesa con la vista directa de su huerto y observar el dorso de Santiago desde el singular eje gastronómico que es la calle Galeras.
 
Sin más, vamos a hablar de comida, del menú propuesto. Ya decidido que será su menú degustación, mientras comento con Eva Pizarro la mejor opción de vino llega a la mesa un mejillón con espuma de escabeche a modo de aperitivo. Muy rico. Es lo bueno de contar con profesionales sensatos, que la información que te dan sí ayuda, sí es útil. Gracias a ella la elección del vino -del que hablaré luego- fue un acierto aunque corrimos cierto riesgo.

El menú, además de construirse con productos de temporada, con lo mejor que ofrece el mercado en el rango de precios correspondiente, estaba pensado para el calor de esos días, se podría calificar de menú fresco, cosa que agradecí mucho. Como fresco era el sashimi de ventresca de atún con el que empecé, ese emplatado sobre la hoja que veis al margen. Y como fresca era también una ensaladilla sui géneris que jugaba con diferentes texturas y presentaciones de los ingredientes tradicionales de la misma. Ambos platos ligeros, refrescantes, con efecto casi de limpieza sobre el paladar.


Y llegó entonces la estrella, ese pincho que tantas alegrías dio a esta casa (y a sus clientes, claro), ese pincho crecido hasta hacerse plato, la sardina de San Xoan. La sardinilla que ya tenía un tamaño considerable, como podéis apreciar y como me comentaron en sala. Sigue siendo igual de deliciosa, producto modesto y honesto, sabor pleno. Una de las escasas ocasiones en que me gusta comer algo con la mano, acostada sobre esos pimientos y ese pan magnífico.




Tras este repecho graso y salado volvemos al fresco con el pulpo con helado de vinagre y melocotón, plato colorista, con toques ácidos, que hace de cortante para pasar a los principales.


Casi es obligado que sea el bonito de Burela el que represente al pescado principal, dada la querencia de la casa por los pescados azules y por ese tratamiento somero, sin excesos de calor. Pues bonito marinado con jugo de ensalada y macadamia, en un punto perfecto, con sabor y con contraste para domar la potencia del pescado. Seguimos comiendo buenas cantidades sin fatiga, gracias a unos tratamientos muy bien escogidos para la estación. Esa es una faceta de una buena cocina, no es azar.


Por costumbre correspondería una carne y la hubo, pero camuflada, también aligerada para no perder el “ritmo térmico” del resto del menú. Arroz meloso de capón, con una presentación menos agraciada pero lleno de sabor, quizá el plato más “pesado” del menú, entiéndase en sentido casi musical, la pieza de instrumentación más densa, con más graves.

Hablaba antes del vino y del consejo. El vino fue un Salvaxe, que casi nos había asustado, como su nombre, en Tui, en A emoción dos viñosAsí que era arriesgado, podía ser demasiado agresivo aún para el menú, pero el comentario de Eva Pizarro sobre una botella abierta recientemente y su evolución fueron suficiente aval. Nariz floral limpia, fruta blanca, notas de melón. Acidez y un toque amargoso al reposar. Muy bueno, llenaba la boca y la limpiaba a cada trago. Sorprende su “domesticación” en tan poco tiempo. Los vinos singulares de Sebio me gustan.


El remate dulce vino con dos postres, el llamado Jardín, gelatina de maracuyá con frutos rojos, y un milhojas de cacao. Ambos cumplieron su cometido.


Mientras, mi vista se iba una y otra vez a esa ventana, ensoñación, planes para más tarde.


¿Qué podría proponeros para el mismo día de una comida así? Pues lo que me descubrió J. L. Louzán, amigo y bloguero del confín de esta tierra, Casa Pepe, una vinoteca discreta, perfectamente enclavada cerca del mercado, con muchas cosas interesantes que ofrecer. Me habría pasado desapercibida sin su sugerencia, gracias. Antes de comer o de tarde, dejaos caer por allí y preguntad por su oferta de vinos por copas. Seguro que algo os llena.


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